Los trunks evolucionaron a pasos agigantados en el siglo XX cuando la marca Oscar Mayer comenzó a vender sus productos en carros con forma de salchichas en 1936 y en 1950 surgieron los primeros camiones heladeros. 

Pero los verdaderos expertos en el tema confirman que no fue hasta 2008 cuando surgió la primera food truck moderna. Adaptando un viejo camión de helado, Raúl Martínez creó el restaurante móvil Kogi’s Roy Choi, que conquistó las calles de Los Ángeles con sus ricos tacos.

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Este evento fue el inicio de la transformación de los food trucks como los conocemos ahora. 

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La nueva forma de ofrecer comida urbana ya se había establecido de manera formal en las calles de Los Ángeles, Nueva York, Seattle y algunas otras ciudades de Europa, por lo cual no pasó desapercibida para este estado fronterizo. 

Baja California se ha tomado la comida callejera muy en serio y no tiene nada de improvisada. Este concepto, que ha encantado a las grandes ciudades, se ha convertido en otra forma de consumir comida en espacios desenfadados y relajados. En los diferentes food trucks y food court  que han aparecido en los últimos años en las ciudades de la Baja, todo cabe, productos de calidad, platos regionales, combinaciones que vienen de cualquier lugar del mundo, así como propuestas de emprendedores y chefs que en estos pequeños espacios con ruedas dan rienda suelta a su creatividad e imaginación. 

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En la Baja  el Food Truck no es sinónimo de comida rápida, sino de comunidad y de lugares en donde los chefs y cocineros llevan a personas con distinto poder adquisitivo, comida de muy buena calidad, a veces casi cercano a lo gourmet. Cada vez son más las cocinas con ruedas que deciden estacionarse juntas para regalar a los comensales grandes sabores. 

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En Tijuana la idea de estas cocinas rodantes con deliciosa comida, comenzó con la aparición, entre otras cosas, de los Tacos Kokopelli, aunque ahora ya están establecidos en un local por zona Río, comenzaron en la calle Ocampo en el centro, estacionaban su camión y podías ir a disfrutar de pie, un taco de pulpo a las brasas o de camarón en adobo de chiles. Muy cerca de aquí se encuentra la Telefónica Gastro Park, el paraíso de los food trucks tijuanenses. Están estacionados los mejores carros de comida de la ciudad; puedes probar las salchichas ahumadas de Humo, un food truck que ofrece emparedados deliciosos, a cargo del chef Giovanni Brassea. Cuando vengan les recomendamos pedir nuestro favorito, El Griego, tiene una buenísima salchicha de res hecha en casa, salsa tzatziki, queso feta, tomate cherry, queso añejo, todo montado en pan ciabatta y elote amarillo como guarnición. También puedes probar una hamburguesa de pulpo de Máquina 65, el estofado de mantarraya de Otto´s Grill, además de cerveza artesanal y vinos de la región o incluso café. En Tijuana hay un sin número de opciones para ir a comer a los food trucks. Por Zona Río hay otras dos opciones que debes visitar: Bunker Food Crew y Food Garden, en donde puedes encontrar, pizzas a la leña, tortas de cochinita, cortes sonorenses, crepas y vinos. Al sur del Parque Morelos y la Macroplaza hay otros dos espacios que harán feliz a tu paladar. Uno es Picnic State y el otro se llama El punto Food Trucks, aquí podrás disfrutar de un atún sellado de Musmón. En la Cacho está estacionado The Rib Shop, un food truck que tiene un menú compuesto por costillas de cerdo, hamburguesas de pulled pork y sándwiches de tocino. Después de las 20 horas El truck Nuestro te hará volar con sus tortas de chilaquiles.   

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Si pasas por Mexicali podrás descubrir el placer de combinar sabores, el de la comida callejera y el de la cerveza artesanal. En estas tierras calurosas las casas cerveceras como, Urbana, Amante y Brew Capital Co. tienen siempre en sus patios food truck invitados. Te recomendamos probar los boneless de Delirio Food Truck o las salchichas de borregos de Trashumante Food Truck, que a veces los encontrarás en estos tres bares. Los domingos, que siempre son sagrados, los puedes glorificar aún más yendo a The Show Beer Rock Bar, al encuentro con los sándwiches de pulled pork de Andariego Food Truck. Otro de los manjares vagabundos que hay que probar, aunque no encontrarás cerveza, si unas insuperables  hamburguesas, en  Don Burgués, hechas con pan artesanal. 

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Más al sur del estado, está la bella Ensenada, que en un principio su comida itinerante se reducía a las carretas de mariscos, como La Guerrerense o El Güero. Sin embargo, hoy es el Valle de Guadalupe, con sus viñedos, sus cielos indescriptibles y vistas de grandes arboledas, el lugar en donde poco a poco se va instalando el estilo desenfadado de los food trucks. Podemos encontrar por ejemplo a Troka, de los chefs Diego Hernandez y Krista Velazco, un camión de comida que estacionaron permanentemente en la vitivinícola Vena Cava. No hay palabras para hacerle justicia a lo deliciosos que son sus tacos de lechón acompañados de vino o alguna cerveza de Wendlandt. El chef Javier Placencia colocó junto a su famoso asador campestre, Finca Altozano a Lupe un lugar de tortas que tienen el sabor del valle en sus ingredientes; puedes comer de carnitas, de milanesa, de pollo orgánico, de brisket de res ahumado, una delicia que se come a mano limpia. 

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    No es de extrañar que los Food Trucks sean tan atractivos para los comensales de todos los gustos y todos los bolsillos, pues han sabido combinar muy bien, el desenfado de comer en la calle,  las técnicas y sabores sofisticados de la alta cocina.  Por si fuera poco, en muchas ocasiones a precios accesibles. 

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